Clases en línea y presenciales
Era una soleada mañana en París, y El Español, con su fiel chorizo en mano, tenía una misión: dar a conocer al mundo las maravillas de la gastronomía española. "¡Olvidaos de los cruasanes, amigos!", exclamó, su voz resonando por las encantadoras calles. "¡Hoy, París probará la gloria de los churros con chocolate!".
Armado con una paellera rebosante de churros y un termo de chocolate caliente, espeso y rico, El Español montó su puesto frente a la Torre Eiffel. "¡Bonjour, mesdames et messieurs!", saludó a los transeúntes desconcertados. "¿Habéis probado alguna vez un churro? Es como un cruasán, ¡pero con un toque español!".
Una curiosa pareja parisina se acercó, intrigada por el aroma desconocido que flotaba en el aire. "¿Churros?", preguntó la mujer, arqueando una ceja. "¿Qué es este 'churro', Monsieur Español?".
El Español, con un ademán, les presentó un churro dorado, su exterior crujiente espolvoreado con azúcar. "Mójenlo en el chocolate, amigo", instruyó, con un brillo travieso en sus ojos. "¡Es una explosión de sabor!".
La pareja, vacilante, dio un mordisco, sus ojos se abrieron de sorpresa y deleite. "¡Magnifique!", exclamó el hombre. "¡C'est délicieux!". La mujer, asintiendo con entusiasmo, añadió: "¡Es como un cruasán, pero con más... pasión!".
La noticia del puesto de churros de El Español se extendió como la pólvora, atrayendo a una multitud de curiosos parisinos deseosos de probar esta delicia española. Incluso las palomas parecían acudir en masa a la escena, su arrullo era una sinfonía de aprobación.
Cuando el sol empezó a ponerse, El Español, rodeado por un mar de tazas de chocolate vacías y sonrisas satisfechas, declaró: "¡París, ahora habéis experimentado la alegría de los churros! Pero para entender realmente el corazón y el alma de España, debéis aprender su idioma".
Y con un guiño y un último "¡Olé!", El Español sacó un montón de folletos de la escuela de español Up! Idiomas. "¡Aprended español, amigos míos, y descubrid un mundo de sabor, pasión y un sinfín de posibilidades!".
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¡El Diccionario de El Español!
Churro: ¡Un abrazo crujiente de masa frita, bañado en chocolate y espolvoreado con amor! ¡Eeeeeeeee!
Cruasán: Un primo lejano del churro, ¡pero sin la pasión y el sabor de España!
Paellera: El escenario donde la magia de la paella cobra vida, ¡una sartén gigante llena de arroz, marisco y alegría!
Termo: Un guardián del calor, ¡como un abrazo de oso para tu chocolate caliente!
Bonjour: La forma francesa de decir "¡Hola!", ¡pero sin el ritmo y la gracia del español!
Mesdames et messieurs: ¡Señoras y señores, bienvenidos al espectáculo de los churros!
Toque español: Ese ingrediente secreto que hace que todo sea más divertido, ¡como una pizca de flamenco en tu vida!
Ademán: Un gesto elegante y expresivo, ¡como un baile de manos!
Explosión de sabor: Una fiesta en tu boca, ¡como fuegos artificiales de alegría!
Magnifique: ¡La palabra francesa para decir "maravilloso", pero no tan emocionante como "¡Olé!"!
Délicieux: ¡Delicioso en francés, pero no tan sabroso como "¡Qué rico!"!
Pasión: El fuego que arde en el corazón de cada español, ¡la chispa que da vida a todo!
Como la pólvora: ¡Se extiende rápidamente, como una ola de "¡Olé!" por todo París!
Arrullo: Un sonido suave y relajante, ¡como una nana de palomas!
Sinfonía: Una hermosa melodía, ¡como el sonido de las castañuelas en una noche de verano!
Mar de tazas vacías: ¡La prueba de que los churros han conquistado París!
Sonrisas satisfechas: ¡La mejor recompensa para El Español!
Guiño: Un gesto cómplice y divertido, ¡como un secreto compartido entre amigos!
Folletos: ¡El mapa del tesoro que te llevará a la aventura del español!
Sabor: ¡La esencia de la comida española, una explosión de alegría en cada bocado!
Un sinfín de posibilidades: ¡Un mundo de oportunidades que se abre ante ti cuando aprendes español!
¡Una perla gramatical de El Español!
En español, usamos mucho el diminutivo para expresar cariño, afecto o para hacer que las cosas suenen más pequeñas y adorables. Fíjate en cómo El Español usa la palabra "churri" para referirse a los churros, ¡les da un toque aún más irresistible! ¡Eeeeeeeee!